En los últimos días surgieron intensos rumores sobre una supuesta exclusión de María José Quintanilla del Festival de Viña del Mar 2025, organizado por la Municipalidad de Viña del Mar, Megamedia y la productora Bizarro Live.
Diversos programas de espectáculos y redes sociales comentaron que la cantante no estaría considerada ni como artista ni como animadora del certamen.
Las especulaciones comenzaron luego de que Paulina Rojas, panelista del programa Plan Perfecto de CHV, asegurara que fuentes cercanas a la productora confirmaban que Bizarro no tenía a Quintanilla en sus planes. “Tengo entendido que cerca de la productora es esto… al parecer es Bizarro el que no la tiene considerada, al igual que el año pasado”, señaló la periodista, instalando la idea de un posible veto hacia la artista.
Ante la ola de comentarios, Bizarro decidió emitir una declaración pública para desmentir la versión. La empresa aclaró que no existe ningún conflicto con la intérprete de Fue Difícil y que simplemente no se ha concretado una negociación formal. “Bizarro Live declara que no ha sostenido ninguna conversación o negociación con la artista mencionada”, indicaron.
Asimismo, la productora explicó que la selección de artistas para el Festival de Viña responde a un proceso técnico que considera estudios de impacto en audiencia y venta de entradas, los cuales son evaluados por las tres entidades a cargo del evento. Solo después de ese análisis se determinan los nombres que integran la parrilla oficial.
Estas declaraciones van en línea con lo dicho por la propia María José Quintanilla en entrevistas recientes, donde manifestó su deseo de estar en la Quinta Vergara, pero reconoció que la decisión no depende de ella.
“El Festival de Viña tiene diversas personas que revisan eso en cuanto a producción, entonces no tiene que ver mucho con mis deseos, más bien con la organización”, señaló la cantante.
Por ahora, la participación de Quintanilla en el certamen viñamarino sigue abierta y dependerá únicamente de los procesos formales y criterios técnicos establecidos por los organizadores, dejando atrás las versiones de un supuesto veto que se propagaron en redes sociales.
