En las últimas horas se conoció un impactante caso que involucra a Santiago Ramírez, hijo de la actriz chilena Lorene Prieto.
El hombre de 37 años fue hallado con ambas manos amputadas en una vivienda ubicada en Ñuñoa, luego de que su madre interpusiera una denuncia por presunta desgracia, tras perder contacto con él la noche del miércoles 23 de abril.
La desaparición de Santiago generó alarma inmediata en su entorno, especialmente porque padece esquizofrenia paranoide, una enfermedad mental grave que puede causar alucinaciones, delirios y comportamientos desorganizados. Al no saber nada de él, Lorene acudió a la 33ª Comisaría de Carabineros de Ñuñoa para reportar su desaparición.
Durante los protocolos de búsqueda, Prieto recordó que su hijo trabajaba en remodelaciones en una casa que pertenece a un familiar y que actualmente está en venta. Carabineros, junto a la actriz, se dirigieron al inmueble, donde encontraron señales inquietantes en el primer piso, incluyendo una sierra eléctrica. Finalmente, Santiago fue hallado en el segundo piso, herido de gravedad.
Según informó el capitán Carlos Castillo Vega del Labocar, Santiago presentaba ambas manos amputadas al momento de ser encontrado. En la declaración preliminar entregada por Carabineros, se indicó que no habría indicios de participación de terceros en el hecho, lo que apuntaba a una posible autolesión.
El hombre fue rápidamente trasladado al Hospital del Salvador, y la investigación quedó en manos del Labocar y el OS9 de Carabineros, bajo las instrucciones de la Fiscalía de Flagrancia Oriente. En el hospital, Santiago habría confirmado al personal médico que él mismo se infligió las heridas, y que pasaron cerca de 16 horas desde que lo hizo hasta que recibió atención médica.
Tras ser estabilizado en el Hospital del Salvador, la familia solicitó su traslado administrativo al Hospital del Trabajador Achs Salud, también en Providencia, donde se encuentra actualmente internado. Su estado de salud y evolución médica siguen siendo monitoreados por especialistas.
El caso ha conmocionado a la opinión pública no solo por la gravedad de las lesiones, sino también por la dura realidad de las personas que conviven con enfermedades mentales graves y lo difícil que puede ser acceder a ayuda oportuna. Las autoridades continúan investigando para esclarecer por completo lo ocurrido.