“Es una tortura psicológica»: Rafa Araneda y Marcela Vacarezza relataron como fue el proceso de adopción de Benjamín

“Es una tortura psicológica»: Rafa Araneda y Marcela Vacarezza relataron como fue el proceso de adopción de Benjamín

Durante este día sábado se transmitió el inicio de la octava temporada de La Divina Comedia, que tuvo lugar en Miami, EE.UU. Los participantes de la noche fueron tres parejas que se encuentran radicadas desde hace un tiempo en el lugar.

Pues hablamos de Rafael Araneda y Marcela Vacarezza, Giancarlo Petaccia y Fernanda Alarcón, y Douglas Robledo y Ana Sol Romero. Cada uno de los participantes mostró su hogar y compartieron vivencias que dejaron a más de algún televidente sorprendido.

En una distendida cena en su lujoso hogar, la pareja relató una de las noticias que más sorprendió al mundo del espectáculo: la adopción de su hijo Benjamín.

Cabe recordar que los animadores durante el 2020, anunciaron la adopción del nuevo integrante de la familia Araneda -Vacarezza, convirtiéndose en padres por cuarta vez.

Aunque, en muy pocas ocasiones conversaron sobre cómo había sido la llegada de Benjamín a la familia. Según el relato de Rafa, todo comenzó cuando fueron a una actividad escolar de su hija Florencia, donde visitaron un hogar de niños.

“Yo conocía un hogar y las contacté, para que fuesen en esa visita. Además, nosotros prestamos el auto e hicimos el traslado para que fuera todo el curso, fuimos los dos (con Marcela) más otras mamás”, aseguró.

Desde aquel momento, nunca más olvidaron la conexión que sintieron con Benjamín cuando lo visitaron, donde apenas tenía tres meses de vida. “Me dice la Marcela, mira ven para acá, por favor, y yo entro y hay una sala cuna, llena de cunitas perfectas, todas preciosas, y de repente por esas cosas, sin que nadie me diga nada, miro una cuna y ahí estaba el hue…, y se me pega”, relató.

“Y a ella le había pasado lo mismo. Yo sentí un corrientazo de electricidad, de energía, de conexión, y yo dije este hue… es hijo mío. No sé qué hace aquí, y a ella (Marcela) le había pasado lo mismo”, agregó.

Ahí fue cuando tomaron la decisión de integrarlo a su familia.

Sin embargo, el pequeño pudo ser entregado cuando ya tenía un año y ocho meses. Según Marcela, «el proceso al ser lento es una crueldad, porque el niño crece, y después el que quiere adoptar no quiere al niño crecido, y es súper cruel. Yo ya no quiero el niñito que yo lo conocí guagüita y ahora tiene cuatro años”.

A pesar de la gran conexión, Marcelo reveló que Benjamín no estaba en sus planes. «Hay cosas que pasan en la vida en que hay que estar en el momento adecuado. A veces es el destino». «Lo miro y pienso, qué sería de él. Acá puede tener todas las posibilidades del mundo».

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