Fernando Godoy confiesa cruda situación sentimental que pudo haber cambiado su vida

Como muchos podrán recordar, Casado con Hijos fue la serie que lanzó a la fama a Fernando Godoy. Y es que la popular comedia emitida por Mega consolidó al que hoy es una de las estrellas más grandes del canal.

Godoy se ha ganado con esfuerzo el carió del público al punto, que impactó a todos cuando murió su personaje el “Cabo Huaiquimil”, en la teleserie Pobre Gallo.

No obstante, toda esta fama y fortuna pudo haberse visto mermada por un desagradable drama amoroso. El actor le confidenció a Julio César Rodríguiez en el programa “Síganme los buenos”, el crudo momento que vivió minutos antes de reunirse con Diego Rougier, el director de la popular sitcom que lo lanzó a la fama. “Yo llegué justo quince minutos antes de la reunión de ‘Casado con hijos’. Yo dije ‘no puedo llegar quince minutos antes. Qué perno. Voy al cibercafé, a tomarme un café y después vuelvo’. Para llegar justo a la hora. Yo quería llegar uno para las nueve, no un cuarto para las nueve. Qué latero, esperando, y el otro presionado. No… Fui al cibercafé y leí un mail de mi pareja en ese tiempo, que me decía que en el verano había conocido a un gallo en el sur. Estaba full enamorados. Lo cual está completamente correcto, porque están casados, creo que tienen hijos. Tenía razón. Maravilloso”, sentenció ante la sorpresa de JC Rodríguez.

“No éramos pololos, éramos pareja. Pero llevábamos un año de relación. Y me sale con esto, diez minutos antes de la reunión más importante de toda la, que yo sabía que era la más importante. Yo sabía. ‘Esta es, esta es’. En TVN, en Canal 13 quedaba siempre el weón más bonito, el más alto, el más respingado, el más lindo, el más pavo. Quedaba. Yo decía ‘ya, no importa, va a llegar uno para mí, el personaje que yo pueda caracterizar’”.

Sin embargo, y pese al gran dolor que le significo este quiebre Fernando confiesa que esta traición le dio el coraje que necesitaba para esta reunión y así quedarse con el personaje. “llegué con otra actitud. Toqué el timbre. ¡Venía enojado! Me acababan de cagar. O sea, no me engañaron finalmente, pero me dan la tremenda noticia. Entro. Llego con esa actitud. Me siento, con mi currículum, y digo ‘hola’. Y Diego me dice ‘¿cómo estai?’. ‘Bien. Yo soy el personaje que estai buscando. Yo soy el actor’, le digo. Y me dice (imita acento argentino), ‘sí, calmate…’. ‘No, no, no, es que yo soy, de verdad. Yo sé lo que tú querí, yo sé lo que quiero, yo sé lo que estoy haciendo acá, por eso estoy acá, por eso llegué acá”.