En Chile, los candidatos presidenciales reciben un reembolso por cada voto que obtienen en las elecciones, siempre que cumplan con ciertos requisitos legales y presenten sus cuentas de gastos ante el Servel.
El objetivo es equilibrar el financiamiento de las campañas y evitar aportes ilegales.
El dinero para estos reembolsos proviene del presupuesto del Servel y, en caso de ser insuficiente, del Tesoro Público. Los partidos políticos también reciben un monto por cada voto obtenido.
En 2025, el reembolso por voto para un candidato es de 0,04 UF en primera vuelta y 0,01 UF en segunda vuelta. Considerando que la UF estaba en $39.643, esto equivale a aproximadamente $1.585 por voto en primera vuelta y $396 por voto en segunda vuelta. Para los partidos, corresponde alrededor de $594 por voto.
A partir de 2026, se plantea una reducción de los valores: los candidatos recibirían $998 por voto y los partidos $383 por voto. Esta modificación busca ajustar los pagos dada la obligatoriedad del voto, que aumenta el total de sufragios.
Para dimensionar estas cifras, si un candidato obtiene 3.935.540 votos en primera vuelta, recibiría unos $6.237.830.900; y si suma 7.520.870 votos en segunda vuelta, recibiría cerca de $2.978.264.520.
No obstante, el reembolso no se entrega automáticamente. El candidato debe rendir cuentas detallando ingresos y gastos electorales, presentar boletas y facturas válidas, y asegurarse de que no haya financiado la campaña con fondos externos no permitidos.
En resumen, cada voto en Chile se traduce en dinero tangible para los candidatos y partidos, pero solo si cumplen los requisitos del Servel y justifican sus gastos de campaña. Esto asegura transparencia y equilibrio en el financiamiento electoral.
