Angie Jibaja fue invitada al programa Primer Plano para hablar sobre su renovado presente, completamente alejada de los excesos y escándalos que la marcaron durante años.
En el espacio de Chilevisión, la modelo peruana compartió detalles íntimos de su vida actual, enfocada en la fe y la reconstrucción personal, como parte de la sección La verdadera historia.
Durante la entrevista, Angie reveló que se mudó a Valparaíso junto a su madre y la pareja de ella, con el propósito de empezar de nuevo. Explicó que tomó esta decisión tras pedirle permiso a su mamá, luego de vivir una etapa muy difícil en Perú. Desde entonces, lleva dos años alejada de la televisión y enfocada en su bienestar.
En septiembre de 2024, Angie se bautizó como miembro de los Testigos de Jehová, hecho que marcó un antes y un después en su vida. Aseguró que siempre creyó en Dios, pero que recién ahora siente que ha encontrado el camino correcto, al profundizar en el estudio de la Biblia y fortalecer su relación con Jehová.
Jibaja contó que su nueva fe ha sido fundamental en su recuperación de las drogas. Según relató, la conexión espiritual que ha logrado a través de su religión le permitió dejar los estupefacientes de un día para otro, algo que consideró milagroso y determinante para mantenerse estable.
Uno de los momentos más emotivos de la conversación fue cuando habló sobre sus hijos. Angie no tiene la custodia de dos de ellos desde 2019, y aunque esa situación sigue sin resolverse, manifestó su deseo y esperanza de poder reencontrarse con ellos pronto.
La modelo también explicó que, antes de venir a Chile, dejó varios asuntos legales y personales casi resueltos en Perú, lo que le permitió comenzar esta nueva etapa con más tranquilidad. Aseguró que ahora todo está en manos de los jueces para definir cuándo podrá ver nuevamente a sus hijos.
Finalmente, Angie Jibaja destacó que esta nueva vida lejos de la exposición mediática le ha permitido reencontrarse con ella misma. Agradecida con la oportunidad de rehacer su camino, envió un mensaje de esperanza para quienes luchan con sus propios demonios, dejando claro que el cambio sí es posible.