La investigación por la desaparición de la concejala de Villa Alegre, María Ignacia González, sumó una nueva arista relacionada con sus finanzas y con los préstamos que realizaba a distintas personas.
Según antecedentes revelados por Mucho Gusto, la concejala prestaba dinero de forma frecuente, generando una red de deudores que incluía incluso a funcionarios municipales.
Estos préstamos se sustentaban en la cantidad de dólares que manejaba, dinero obtenido gracias a un negocio personal que la llevaba a comprar joyas, perfumes y ropa femenina en Tacna para revender en Chile.
La posibilidad de que alguna de estas deudas se transformara en un factor de riesgo abrió dudas sobre un eventual móvil económico detrás de su desaparición.
En este contexto, tomó relevancia el administrador municipal de Villa Alegre, Rodrigo Cancino, cuyo testimonio generó un fuerte cruce de acusaciones con las hijas de la concejala.
Cancino reconoció que González le facilitó dólares para un viaje y que aún le debía 100, pero negó cualquier relación con la desaparición y cuestionó duramente a la familia por las acusaciones que lo vinculan al caso.
Además, confirmó que su domicilio fue revisado por la policía pocos días después de que se reportara la desaparición de la concejala, señalando que la situación ha afectado profundamente a su entorno familiar.
