La noche del sábado, Yamna Lobos fue una de las protagonistas del programa La Divina Comida, donde abrió las puertas de su hogar para recibir a Yasmani Acosta, Katherine Orellana y Álvaro Vélez.
Durante la velada, la exbailarina de Rojo Fama Contrafama mostró detalles íntimos y personales de su casa, revelando parte de su vida familiar y sentimental.
Uno de los objetos más llamativos que compartió fue un cuadro en la entrada de su casa, decorado con ilustraciones y fotos de mujeres de los años 50. Yamna recordó entre risas cómo peleó con otra señora en una tienda para quedarse con esa pieza, asegurando que fue amor a primera vista.
En el living, la decoración incluía sillones y una alfombra en tono azul petróleo. Un detalle especial fue un pequeño tocador blanco que pertenecía a su hija de 5 años, Agustina. La bailarina mostró con orgullo una foto de su hija y un regalo que le hizo para el Día de la Madre, destacando lo parecida que es a su padre.
También compartió una imagen junto a su esposo, Rodrigo Ramírez, preparador físico y experto en marketing. Yamna reveló que ese cuadro es muy especial, ya que fue el primer regalo que recibió de él: un recuerdo de su primer paseo juntos al Cerro San Cristóbal.
Con humor, mencionó que aunque su esposo es ocho años menor, la diferencia no se nota. Esta confesión fue recibida con simpatía por los invitados del programa, quienes valoraron la sinceridad y calidez de la anfitriona.
Para cerrar el recorrido, Yamna mostró su patio trasero, un espacio amplio y bien decorado, donde destacó una mesa de vidrio con sillones blancos. Según explicó, es el lugar donde suele entrenar junto a su marido, aprovechando el aire libre.
A través de este recorrido por su casa, Yamna Lobos no solo compartió su espacio físico, sino también parte de su historia familiar, sus recuerdos más preciados y su día a día, mostrando una faceta cercana y llena de cariño.
