Durante la última emisión de Primer Plano, se abordó un escándalo que involucra a las influencers Lisandra Silva y Nicole Pérez, quienes estarían relacionadas con una presunta estafa piramidal vinculada a la marca de cosméticos turcos Farmasi.
El negocio funciona mediante un sistema de reclutamiento que promete altos ingresos, premios y viajes a mujeres interesadas, sin necesidad de vender productos, lo que lo hace parecer una estructura piramidal más que una verdadera red de ventas.
La investigación reveló que el foco del negocio no está en comercializar los cosméticos, sino en captar nuevas socias. Algunas mujeres son incluso enviadas a Panamá con el objetivo de traer productos, incentivadas por supuestos beneficios económicos. Una de las participantes admitió haber estado 25 días en la compañía sin siquiera haber probado el producto, aunque ya tenía 1.000 dólares en su cuenta.
Otro aspecto grave es que los productos de Farmasi no cuentan con certificación sanitaria del Instituto de Salud Pública (ISP) en Chile.
Para ingresar estos cosméticos, las vendedoras utilizan métodos clandestinos, como transportar grandes cantidades de productos sin cajas en sus maletas, para evitar ser detectadas por Aduanas. De hecho, se confirmó la incautación de más de 12 mil artículos y una maleta con 84 kilos de productos ilegales.
El programa mostró además que a las vendedoras se les entrega un manual con instrucciones para evitar controles fronterizos. La situación se agrava con denuncias de mujeres que compraron kits de inicio desde febrero y que aún no reciben nada. Ellas apuntan a otra influencer, Mariuxi Domínguez, a quien acusan de haberlas estafado.
El ISP alertó sobre la posibilidad de que estos productos sean falsificados, lo que podría poner en riesgo la salud de las consumidoras. A pesar de esto, Lisandra Silva salió en defensa del negocio en sus redes sociales, comparándolo con plataformas como Uber, e hizo un llamado público para que se apoye la certificación de Farmasi en Chile.
Por su parte, Nicole Pérez no se ha referido al tema, aunque en el panel del programa criticaron duramente a las influencers, tildándolas de «burreras de la belleza». El caso ha generado indignación entre el público y podría traer consecuencias legales si se confirma la estructura fraudulenta del modelo de negocio.
