Este miércoles se llevó a cabo la tercera jornada del juicio contra Jorge Escobar, el tío abuelo de Tomás Bravo, en el Tribunal Oral en lo Penal de Cañete.
Escobar está siendo juzgado por el delito de abandono de menor con resultado de muerte, tras la trágica desaparición y hallazgo sin vida del niño en febrero de 2021, en la localidad de Caripilún, región del Biobío.
Por primera vez desde el inicio del proceso judicial, Escobar entregó su versión ante las cámaras. Relató los hechos del 17 de febrero, día en que perdió el rastro del pequeño Tomás. Según sus palabras, el menor se quedó en una zona más alta mientras él descendía por una pendiente para buscar unas vacas. Dijo que no quiso que Tomás bajara con él porque había palos y el terreno era peligroso.
«Lo pierdo de vista, lo llamo y no contesta», explicó. Ante esto, señaló que abandonó la búsqueda del ganado y subió inmediatamente a buscar al niño, pero ya no lo encontró en el camino. Esta versión busca justificar el momento en el que se produjo la desaparición y dar contexto a sus acciones posteriores.
Escobar reiteró su convicción de que hubo intervención de terceras personas en la desaparición del niño. Mencionó haber encontrado huellas pequeñas, presuntamente de Tomás, que desaparecieron abruptamente antes de llegar a una barranca, lo que, a su juicio, demostraría que alguien lo retiró del lugar.
Además, el acusado hizo referencia a evidencia de ADN hallada en el sitio, perteneciente a un hombre que no sería él, ni parte de la familia. Según indicó, esa información estaba disponible desde los primeros días de la investigación, pero no se habría seguido ninguna línea en torno a ella.
En sus declaraciones también detalló los esfuerzos personales que realizó para ubicar a Tomás: lo llamó, lo buscó en silencio con la esperanza de oír algún ruido, pero sin éxito. Esto reforzaría, según él, la teoría de que alguien más se llevó al niño del lugar.
Finalmente, Escobar insistió en que el caso ha sido mal enfocado desde el inicio, ya que se ha ignorado la posible participación de otras personas pese a la existencia de pruebas como las huellas y el ADN. El juicio continúa en desarrollo, mientras el país sigue atento al desenlace de este doloroso caso.