En el reality show chileno Gran Hermano, se vivió una jornada intensa cuando Íñigo López, un participante envuelto en varias polémicas y peleas, decidió renunciar al programa, citando razones de salud mental.
La decisión se produjo después de casi dos meses de encierro en la casa ubicada en Buenos Aires, Argentina.
Horas antes de su salida, Íñigo protagonizó un fuerte enfrentamiento con Michelle Carvalho, quien lo acusó de intentar golpearla durante una discusión en la que también participó Camila Power.
En medio de la discusión, Íñigo insultó a Michelle, lo que posiblemente contribuyó a su decisión de abandonar el programa, aunque él no lo mencionó explícitamente como razón.
“No respetas a nadie, no seas barza, eres un parásito, Michelle, y te dedicas a contaminar al resto de la gente”.
Tras reflexionar durante 24 horas, Íñigo acudió al confesionario para confirmar su renuncia, argumentando que su salud mental era una prioridad.
“Creo que es más importante que cualquier cosa, que la fama, que la pantalla, que salir en la tele… creo que mi salud y mi salud mental sobretodo es mucho más importante que cualquier otra cosa en mi vida personal y pública”.
“Decido abandonar la casa, sea cual sea el resultado de la placa, es entendible igual por lo que estoy abandonando (…) me da mucha pena, pero sé que es la mejor decisión”, cerró.
La conductora Diana Bolocco informó que, debido a la salida de Íñigo, la definición de la placa y el eliminado del público se conocería el lunes siguiente. Los participantes en riesgo de eliminación tras la salida de Íñigo serían Felipe y Camila Power.
Este acontecimiento subraya la presión y las dificultades emocionales que pueden enfrentar los participantes en este tipo de programas, poniendo en primer plano la importancia de la salud mental.