Sin duda este último tiempo ha tenido de dulce y agraz para Alexis Sánchez. Y es que de seguro las críticas que ha tenido por su bajo rendimiento en el Manchester United, no lo tienen muy contento. Probablemente por lo mismo quiso aprovechar este Viernes Santo para relajarse e ir a cenar con su novia, Mayte Rodríguez, a un restaurante ubicado al sur de Manchester, zona donde vive el jugador.
Al llegar al local, estacionó su camioneta Rangers Rovers blanca y fue a cenar. El tema es que sin darse cuenta, el jugador se ubicó sobre una doble línea amarilla, lo que indicaría que está prohibido estacionar o detenerse. Fue la prensa inglesa la que inmortalizó el momento, gracias a los ávidos paparazzis, en que una guardia de tráfico cursó la infracción y le dejó un aviso en el parabrisas.
Eso sí, el monto es prácticamente irrisorio versus los ingresos que percibe Sánchez mensualmente. Así ironizó el Daily Mail, donde se consignó que la cifra por la que fue multado bordea los 60 mil pesos chilenos. “No es que el dinero sea un problema para el jugador, de 29 años, que disfruta de un enorme ingreso semanal de 600 mil libras esterinas (507 millones de pesos chilenos aproximadamente) por semana cuando se combinan sus salarios”, explicó el medio.
En tanto, en conversación con LUN, el gerente de asuntos públicos del Automóvil Club de Chile, Alberto Escobar, explicó que el revuelo de esta multa nace porque en Inglaterra, país donde él cursó un magíster en seguridad vial, es muy estricto el tema de estar mal estacionado. “Nadie se salva (…) En el mnundo anglosajón, el aprovecharse de un espacio público que no te corrresponde, es sancionado siempre.
Además, es severamente castigado socialmente. Por eso se presta para tanto revuelo. Es horrible estar mal estacionado, sobre todo si es un auto de tan alta ‘performance’“, señaló. Por último, agregó que en Chile es un tanto diferente, puesto que el estacionarse mal es la segunda infracción que más se comete, luego de multas por exceso de velocidad. “De alguna manera representa la manera de ser del chileno, resumida en “que no me importa nada” y “que no me preocupo del prójimo”“, sentenció